02 marzo 2006

LIBERTY N’ JUSTICE "Soundtrack Of A Soul"

(MTM Music / Goi Music)

Curioso proyecto este que se remonta nada menos que a 1991, cuando dos estudiantes de instituto, Justin Murr y Patrick Marchand, quisieron difundir el mensaje cristiano a través del rock con su banda, Liberty N’ Justice, tocando en iglesias, escuelas y reuniones juveniles. La verdad es que desde entonces apenas han tenido eco sus sermones musicales más allá de sus tierras más cercanas. Pero hace un par de años empezaron a hacerse notar a nivel internacional en los círculos hard rockeros con su anterior trabajo “Welcome To The Revolution” para el que contaron con colaboraciones de lujo, como ocurre en este nuevo disco, que como aquel tiene un irregular resultado final. Porque por mucho “galáctico” de las voces que se fiche para un proyecto, si los temas no está a la altura de poco sirve. Hay cortes bastante interesantes, como la intensas “Kings Of Hollywood” con un potente riff que cuadra perfectamente con la desgarrada voz del cantante de Jet Circus Ez Gomer o “Show Me The Way” donde Oni Logan (Lynch Mob) demuestra sus buenas cualidades. Están también a la altura las melódicas “State Of Grace” con Russell Arcara (Surgin, Prophet) al frente, “Thy Will Be Done” con un buen dueto entre Mark Slaughter y Pete Loran de Trixter y la evocadora “Always Tomorrow” con el gran Ted Poley (Danger Danger) colaborando en uno de los mejores cortes del disco. La buena balada “If The World Could Be Mine” cumple con un desconocido para muchos Joe Cerisano (Silver Condor, Trans-Siberian Orchestra) que muestra una interesante capacidad vocal. Al igual que sucede con el vocalista de Barren Cross, Mike Lee que participa en la acústica “Make Believe”. El resto, hasta dieciséis temas nada menos, pasa con más pena que gloria, con sonidos modernos y saturados en algunos casos, con experimentos sosos en otros, y con curiosidades como la de rescatar al héroe del monopatín de los setenta Leif Garrett, que no ha mejorado nada musicalmente desde entonces y que desde luego no hubiera pasado nada porque hubiera seguido en la sombra. En fin, un intento que se queda a medias y que una vez más corrobora el sabio refranero castellano, “quien mucho abarca, poco aprieta”.
Mariano Palomo