27 marzo 2006

DRAGONFLY "Domine"

(PAK / Avispa)

Nos encontramos ante una de las más gratas sorpresas del año. Una prueba más de que la calidad de un músico no se mide por lo famoso que sea. Escucho a Dragonfly y no puedo evitar acordarme del discazo que, Gonzalo Ledesma y sus Brokenheart, nos ofrecieron hace dos años, aunque pasara sin pena ni gloria. Parece imposible que cinco músicos desconocidos puedan presentar una primera obra tan espectacularmente buena. La historia de Dragonfly comienza en Argentina. Es en Buenos Aires donde Ariel Míttica y Chris “El Vikingo” Scornaienchi inician esta aventura junto a Marcelo Arenas, cantante de Brokenheart, y Piriz. Tras la terrible tragedia económica y social que han provocado ladrones y estafadores disfrazados de políticos, se ven obligados a sobrevivir emigrando hasta nuestras tierras, donde tampoco falta gentuza de esta calaña. Eligen Valencia, donde conocen a Juanba Nadal y a Isauro Aljaro (ambos de Outer Heaven) quienes aceptan el reto. Así pues, comienzan a funcionar con Míttica a la guitarra, Scornaienchi como batería, Juanba Nadal cantando y Isauro en los teclados. Sin embargo les falta un bajista, por lo que Juanba decide cogerlo mientras se resuelve el tema. Tras unos meses buscándolo, Juanba tiene la idea de acudir a Pablo Solano, que cogerá las riendas vocales, con lo que Juanba queda como bajista, además de apoyar con los coros. Nos encontramos con un trabajo de carácter sinfónico, donde los teclados exigen prioridad y protagonismo propio. En ocasiones muy heavy, incluso power; en otras más hardroquero, pero siempre influenciados por los sonidos de las típicas bandas de rock sinfónico de los setenta y ochenta. Por otra parte Míttica sigue la, difícilmente evitable, senda marcada por Malmsteen, Blackmore y, más cercano a él, su paisano Giardino. De hecho, en sus agradecimientos termina mencionando a Bach, Vivaldi, Mozart, Paganini y Beethoven. El hecho de que Juanba (bajista) sea cantante, les permite presentar unos coros y voces de calidad incontestable. Las estrofas en las que doblan voces Juanba y Pablo, llegan a poner la carne de gallina. También es muy destacable la aportación del poderoso y corpulento “Vikingo”, que no creo que sea seguidor del Real Madrid, a pesar de su apodo, aunque si es más que probable seguidor de la cultura nórdica, a juzgar por el pedazo de tatuaje de un vikingo que presenta en su brazo derecho. Es el mismo Vikingo el que compone prácticamente todas las canciones, lo que tampoco es muy habitual en su condición de batería, aunque sí explica el ambiente de leyenda, épico y medieval que impregna los sonidos de Dragonfly, así como las notables influencias del power metal escandinavo. Digo que Scornaienchi compone casi todo porque, de los trece cortes del CD, hay dos de Míttica y dos de Isauro. Los dos de Míttica, no podía ser de otro modo, son de pura exhibición instrumental, con unos solos que plasman a la perfección su virtuosismo, amén de sus gustos clásicos. A destacar “Paganini Suite”, instrumental que le va a permitir ubicarse entre los mejores de su género. Por su parte, Isauro aporta dos instrumentales de teclados. “Domine” es la apertura de la obra, da título al CD, y nos permite introducirnos mentalmente en el mundo de hadas y leyendas de Dragonfly. La segunda es el corte octavo. Se titula “Aries” y no es más que una balada instrumental de piano, amén de una perfecta introducción de tres minutos para el mejor tema del disco, “Regresa a Mí”. Una balada de casi ocho minutos, con una excelente línea melodía que marca la voz principal, además de unos coros perfectos, que consiguen poner la piel de gallina. El solo de Míttica emociona, mientras que las excelentes creaciones atmosféricas de Isauro resultan indispensables para el buen fin de la creación. Han contado con algunas colaboraciones que no dan ni quitan nada, pasando casi desapercibidas. Sin embargo, ya que están, te cuento que Barilari (Rata Blanca) aporta su voz en un par de temas, aunque apenas le distingo; Leo (Saratoga, Stravaganzza) lo hace en otros dos; Johnny Ohlin (Dionysus) mete el solo de “Nuevo Judas” y Antuán del Infierno, al que no conozco, aporta la voz gutural en otros dos cortes. En cuanto a las letras, hay dos temáticas generales. Por un lado las de carácter ético y moral, que hablan de lucha y perseverancia, traición y mentiras. Por otro lado las que hablan de amor y desamor… de soledad. Un más que meritorio estreno, que espero recoja el apoyo y el éxito que, por calidad, se merece.
Carlos Treviño Cobo