24 enero 2006

PARADISEND "Fin del Paraíso"

(Producciones Rockambole)

Sorprendente nuevo trabajo de los jienenses Paradisend, tras aquella primera maqueta titulada ”Heather’s Show”. Esta nueva obra se compone de cuatro temas grabados en ese mismo 2003 (y que curiosamente casi ven la luz en su día auspiciados por una discográfica inglesa), junto a otros cinco cortes registrados a mediados de 2004. Con lo cual podríamos hablar de la unión de dos tandas de demos, que han dado como resultado un CD que paradójicamente suena con bastante empaque y fuerza. Para los que no conocierais a la banda con anterioridad, los integrantes de Paradisend son: Frank García a unos omnipresentes teclados, los más discretos Ramón Castillo al bajo y J. Ángel Monereo a la batería, el fenomenal Joey Denia a las guitarras y dándole también algo a las teclas, así como el talentoso cantante Jesús Cobo. Este último sorprende por su grata tesitura vocal, muy similar a la que en su día mostrase Miguel Oñate (Asfalto) en la gloriosa y añorada etapa de ”Más que una Intención” y ”Cronophobia”; o incluso a la de Miguel Ángel Vela en Alcaudón. Todo esto entendido como un halago, obviamente. En los ocho temas y el bonus track que contiene este “Fin del Paraíso”, el quinteto despliega buenas maneras musicales cercanas en algunos momentos al hard melódico centroeuropeo (Jaded Heart, Pink Cream 69, Bonfire), caso de la inicial “Quaosar” o la potente “Cuerpo por Desnudar”; pasando por cortes más a medio tiempo entre los que destacan “Sensación” o la pegadiza “A Años Luz…de Ti” (con cierto regustillo a Sangre Azul). Dejando todas ellas un buen sabor de boca, debido sobre todo a un gran trabajo de melodías e instrumentación que se aprecia a lo largo de todo el álbum. No obstante, la inexperiencia también se nota. Sobre todo en las letras, muy monótonas y permanentemente referidas a la dualidad amor / desamor. También empacha sobremanera el exceso de teclados que aparece en la mezcla final del disco, que te hace recordar en exceso a conjuntos tecno de los años 80 (Azul y Negro, por ejemplo). Pero quizá donde han metido soberanamente la gamba sea en la duración de los temas, la mayoría de ellos demasiado largos y en ocasiones repetitivos. Aún con todo esto, nos encontramos ante un disco muy fresco, interesante y con buenas ideas. Ahora sólo les queda tener un poco de suerte y que se dejen ver por el resto de la península. Prestadles atención, ya que merecen mucho la pena.
Rafa Carrillo