19 enero 2006

SONS OF JONATHAS "The Death Dealer"

(Apache Productions / Avispa)

Bélgica no es un lugar del que estemos acostumbrados a recibir productos de Metal, por lo que resulta, en cierto modo, exótico encontrarnos con grabaciones como esta. Sons of Jonathas es el fruto del trabajo de un guitarrista llamado Xavier Carion, de nombre con reminiscencias españolas. Este personaje ya formó parte de Channel Zero, banda belga de cierta repercusión internacional, que giró como telonera de algunas bandas de renombre como Megadeth o Biohazard, pero que recogió los frutos de sus siete años de trabajo (1990-97) sobre todo en su propio país y todo el Benelux. Este nuevo proyecto de Xavier es un producto de metal extremo. La influencia del thrash metal centroeuropeo se percibe a lo largo y ancho del CD, aunque su música está más cerca del death metal. La portada de este “The Death Dealer” es más que significativa. Se trata de una pintura de burdos trazos, en la que un gran rostro central, enrojecido por infernales llamas, marcado por el sufrimiento y la violencia y rodeado por una oscuridad habitada por cadavéricos fantasmas, se alimenta de diminutas figuras humanas. De hecho, todo el diseño del digi-book, a cargo de Ronny Arjunah y Xavier Delante, pretende transmitir esa sensación de maldad y violencia, con pinturas en situación de muerte, tortura y sangre. “Final Call” es el tema que abre el disco, y una buena muestra de lo que nos encontraremos en adelante. Un tema que huele a Metallica pero con la gutural voz de Ronald Camonier dando el toque death al asunto.”Cult of Death” es más europea que la anterior, manteniendo el estilo de composición “metallicense”, pero con el típico sonido de guitarra alemán (Kreator). “Revelation of the Damnmed”, con su intro “The Return”, continúan el camino marcado por “Cult Of Death”, de corte veloz y siniestro, sin embargo “Chupacabra” se acerca más a la escuela Sepultura, con ritmos pausados y una batería, a cargo de Stef Sinhave, protagonista de principio a final. “Listen and Obey” se aleja del thrash metal metiéndose en los rápidos y poco melódicos sonidos death. “Sons of Jonathas”, da nombre al grupo y confirma la deriva hacia los caminos más extremos. La voz de Ronald surge de la ultratumba, mientras que Xavier sustituye las melodías de los primeros cortes por una mayor contundencia. El trabajo de Tom Pike (bajo) y Sinhave es más básico a la par que veloz, característico del death metal. “Connected by Blood” continúa esta caída a los infiernos de sonidos extremos y voces demoníacas. Por fin, para terminar, “House of Torment” es, como su título indica, la representación musical de los sonidos y ambientes en una casa de torturas. Stev Sinhave trata de recrear con su instrumento el sonido de látigos, o el grave rechinar de la madera, con la que están hechas las máquinas de tortura, en funcionamiento. El corte, que no se puede considerar canción, logra dar el fin tétrico y macabro que Carion, sin duda, deseaba. En fin, un disco de death metal con influencias thrash... y viceversa. Las letras de todas las canciones están escritas por un personaje externo a la banda, llamado Stef “Hunter” Linskens, y en ellas la muerte, el infierno y la violencia no se echan en falta... ¡¡Joder, qué miedo!!
Carlos Treviño Cobo