23 noviembre 2005

TONY MARTIN "Scream"

(MTM Music / Goi Music)

Uno de los responsables de los mejores momentos de Black Sabbath tras la marcha de Dio, nos presenta su nuevo trabajo en solitario. Hablamos de Tony Martin, un fantástico vocalista que quizá no ha tenido todo el reconocimiento popular que en justicia le correspondería. Un hombre que nunca ha desaparecido de la escena, inmerso en múltiples proyectos (Baileys Comet, Voodoo Hill, Phenomena, Rondinelli...) y que en este “Scream” se ha encargado prácticamente de todo, desde la composición hasta por supuesto las voces, pasando por el bajo y la batería; instrumento este último en el que también aparece el trístemente desaparecido Cozy Powell y que antes de su fallecimiento aportó su talento en “Rising Hell” el tema que abre de forma magnífica el trabajo, puro hard rock contundente pero con regusto melódico. Otro ex compañero de Martin en Black Sabbath, Geoff Nicholls es el encargado de las teclas, y la sorpresa viene con el cuarto miembro de la banda, Joe Harford, el más joven de los cuatro hijos de Tony que se encarga de las guitarras con muy buen nivel, recordándome bastante a Craig Goldie. Tras las buenas sensaciones dejadas por “Raising Hell”, el sonido se oscurece bastante con “Bitter Sweet” y con “Faith Of Mandess” muy Black Sabbath ambas. Se refrescan un poco en “I’m Gonna Live Forever”, más dinámica y asequible, donde Tony se luce más junto a los teclados de Nicholls. El tema título “Scream” sigue la misma línea, con más aire Dio del “Dream Evil”, con una base rotunda y la voz inquietante de Martin acompañando la poderosa guitarra de Joe y de un curioso violín “cañero” por decirlo de alguna manera, pero que queda realmente bien. Continúan con el sonido misterioso en “Surely Love Is Dead”, un corte en el que el protagonismo viene de las manos y teclas de Nicholls, con unos aires orientales cruzados con sonidos de guitarra española, que te pueden trasladar desde Granada a El Cairo sin moverte de tu habitación; una de las más logradas y originales del disco, sí señor. Con “The Kids Of Today (Don’t Understand The Blues)”, Tony se pone más bacilón y rockero, en una especie de reivindicación del blues, del que es gran admirador, la canción no es precisamente un blues, aunque tiene su toque en el solo de guitarra. El intimismo llega con “Wherever You Go”, una balada acústica, con aires Zeppelin, pero no acaba de arrancar y resulta de lo más flojito del disco. El noveno y último corte “Field Of Lies” sirve como cierre a lo “Headless Cross”, con buenos arreglos de teclas y con la voz de Martin liderando un buen tema. En definitiva, buen disco, quizá no todo lo brillante que hubiera sido deseable, pero sí con muy buenos momentos para los seguidores de la saga Sabbath.
Mariano Palomo