27 octubre 2005

CHALICE "Shotgun Alley"

(Massacre Records)

Notable endurecimiento el que ha registrado el sonido de estos alemanes en lo que supone ya su quinta obra en estudio. Desde aquel inicial “In Wonderland” de hace ya diez años, los chicos de Chalice nos tenían acostumbrados a un sonido mucho más sinfónico, rayando con el A.O.R. y el progresivo más melódico de gente como Marillion, Asia o Pendragon. Pero en este “Shotgun Alley” han orientado sus composiciones a territorios más hard rockeros, sin olvidar sus buenas melodías, pero dando un protagonismo más que notable a unas guitarras que suenan mucho más crudas y directas que en entregas anteriores. Podríamos comparar esta evolución con la de Crystal Ball, ya que el sonido de este trabajo de Chalice es muy similar al de los suizos en sus últimos discos. En general el disco resulta bastante entretenido e interesante, con la voz de Gino Naschke más rota y en unos tonos más altos que de costumbre, marcando las pautas que siguen sus compañeros en unos buenos coros, que ponen el contrapunto melódico a las afiladas guitarras de Oliver Scheer y los teclados también bastante potentes de Burkhard Becker, y por supuesto a la contundente base formada por el batería Michael Mehl y el bajista Steve Logleder. El disco apenas da respiro, desde la inicial con toques épicos a lo Edguy “Opera Burns”, pasando por el tema que da título al trabajo con reminiscencias a los Queensryche de “Operation Mindcrime”, o “Hollywood Daze”, un tema divertido, más “americano” y hard rockero 100% lleno de intensidad, al igual que “Twisted Lover” que es de lo mejorcito del disco. Con “Shadow Of My Soul” bajan un poco el ritmo y se marcan un medio tiempo correcto, sin más, con unas guitarras demasiado espesas. Mejoran algo en “Price Of Love”, más lenta y con más presencia de teclados y coros, pero sigue siendo algo monótona. Vuelven a patearnos el culo con las siguientes “Kick It”, en la misma onda que “Hollywood Daze” y “Twisted Lover”, puro hard pegadizo y directo con cencerro incluido; “Time” con un ritmo acelerado y algo atropellado por momentos que se queda un poco en el intento. Nuevamente tiran de vena más épica al final con “Sweet Taste Of Life”, “King Of The Neighbourhoud”, y “Beyond The Light” con un estribillo machacón y pegadizo. El cierre viene con una bonita balada acústica, un poco a lo Axxis, sobre todo por la voz de Gino, y que es un buen colofón para un notable y sorprendente disco. Muy recomendable para los seguidores de las bandas centroeuropeas de buen hard rock melódico y potente.
Mariano Palomo