17 octubre 2005

DESTRUCTION "Inventor Of Evil"

(AFM / Avispa)

Qué se puede decir de estos alemanes, banda pionera del Thrash Metal europeo, coetánea de los míticos Rage y Kreator (con los que llegaron a girar juntos... ¡quién hubiera podido estar allí!). Desde que en el ’84 editaran su primer trabajo llamado “Sentenced To Death”, no han dejado el duro camino de la música más cañera, ni la pasión por el contundente sonido de los ochenta. Con este “Inventor Of Evil” son ya doce los discos oficiales en estudio editados, con idas y venidas de sus componentes, algo de sangre nueva pero con unas consignas de identidad muy claras. La primera, su sonido bien amarrado al Speed Metal alemán de los primeros ’80. Segundo, esa sanguinaria mascota llamada “el carnicero” que ha permanecido fiel a la banda durante sus 22 años de portadas. Y tercero, y más importante, su guitarra Michael Siffringer, único miembro permanente a lo largo de toda su historia. Una dilatada carrera en la que la novedad fundamental es la mejora en las producciones, que les ha llevado ha sonar, en este 2005, como deberían haber sonado siempre. La tecnología actual ayuda, pero a las bandas de thrash metal les ha costado entender que sonar sucio adrede resulta absurdo. La colección de temas repasa todos los parámetros clásicos del estilo, con sonidos muy oscuros, poderosas distorsiones y máxima velocidad siempre que sea posible. “Soul Collector” es un buen ejemplo de temazo arquetípico de la banda, contundente y rápida a más no poder. El otro corte del single, “The Calm Before The Storm”, recoge esos tétricos sonidos eléctricos de peli de terror, que exacerban el espíritu y disparan la adrenalina. Lo mejor del disco es el comienzo y el final. “The Delliance Will Remain” destaca tanto por la velocidad como por la claridad con la que se puede seguir la carrera de notas. En “The Alliance of Hellhounedz” se exhibe el vocalista Schmier (miembro fundador, aunque se largara de la banda entre el ’89 y el ’99). Sorprende lo que se puede llegar a hacer con una garganta aparente rota. Su desgarradora voz muestra, tanto en este tema como en el resto del CD, tesituras insospechadas, a veces cercanas al mismísimo King Diamond. En definitiva, discazo para los amantes del metal extremo, y más aún si te va el rollo ochentero.
Carlos Treviño Cobo