27 septiembre 2005

HIGHLAND GLORY "Forever Endenvour"

(Massacre Records)

Cuando llegó a mis manos este segundo trabajo de Highland Glory, tenía curiosidad por comprobar si eran capaces de mantener el buen nivel que mostraron en su anterior entrega “From The Cradle To The Brave” que me sorprendió gratamente hace un par de años. Un disco que era bastante dinámico y para nada lo espeso que nos tienen acostumbrados últimamente las bandas de power metal. En él encontrábamos buenas melodías, estribillos accesibles y un sonido limpio y bien engarzado. En este segundo trabajo mantienen las constantes de su debut, con cortes que llegan de manera inmediata, como “Break The Silence” con un rollo bastante Stratovarius, pero sin tanto exceso guitarrero, y en la que el vocalista Jan Thore Grefstad muestra sus mejores virtudes con una voz de timbre agudo, pero que sabe sujetar sin que se desmande hasta tonos irritantes. Interesante es también “Edge Of Forever” con un sonido de guitarras a cargo de Jack Roger Olsen y de Lars Andre Larsen con aire más hard rockero a lo Adrian Smith en A.S.A.P. o, por qué no, a lo Sandalinas, dejando la voz de Jan en un segundo plano. Más estándar dentro del estilo es el tema inicial “Spirit Of Salvation” con estrofas largas y doble bombo presente, y en la más flojas “Surreality” y “Real Life”. Más épicos a lo Running Wild se muestran con “Mindgame Masquerade”, y con el tema que da título al disco “Forever Endenvour”, llena de matices y cambios de ritmo, con buenos arreglos de guitarras y teclados, sobre una acelerada base rítmica. La cosa se torna baladística con “The Sacrifice” con una segunda voz femenina que completa una bonita composición con protagonismo para los teclados y las voces, y con “Somewhere” que sin ser mala, es un poco más aburridilla. Cierran el desarrollo regular del álbum con la extensa “Demon Of Domination” en la que se explayan a gusto a lo largo de sus más de ocho minutos de duración, aunque desde luego aquí no prima la cantidad por encima de la calidad. Pero la sorpresa viene nada menos que en los tres bonus tracks del disco, en forma de archi conocidas versiones con las que cierran, y que son de artistas a los que curiosamente no se parecen demasiado en este trabajo. Hablamos de “Wild Child” de W.A.S.P., correcta sin más, “Love Gun” de Kiss a la que la meten un punto más de agresividad y les queda bastante curiosa, y “The Trooper” de Iron Maiden, queriendo cabalgar aun más rápido que los propios Maiden con un resultado aceptable, aunque algo embarullado. En cualquier caso, estas tres canciones extras no dejan de ser eso, extras, ya que Highland Glory, sin ser la bomba, demuestran ser suficientemente interesantes con sus propias composiciones.
Mariano Palomo